domingo, 16 de septiembre de 2007

“La tecnología tiene la potencialidad de introducir el mundo exterior de una mejor manera en las aulas”

Jerome Morrissey, director del Centro Nacional
de Tecnología de la Educación de Irlanda

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Jerome MorrisseyJerome Morrissey, fundador y director del Centro Nacional de Tecnología de la Educación (NCTE), organismo dependiente del gobierno nacional irlandés responsable de la implementación de las TIC en el sistema educativo, estuvo en Buenos Aires hace unos días invitado por el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) de la Unesco y UNICEF, para participar del Seminario "Cómo las Tecnologías de la Información transforman las escuelas”. En diálogo con EducaRed, Morrisey se refirió a los proyectos que se desarrollan actualmente en su país desde el NCTE, las políticas de formación docente en el área y el modo en que las escuelas irlandesas articulan nuevas tecnologías y modelos educativos.


EducaRed: Nos gustaría comenzar esta conversación conociendo más detalladamente los proyectos que usted está realizando en el área de tecnología educativa en Irlanda, así como el trabajo en colaboración que ha realizado con nuestro país. ¿Podría contarnos acerca de estos proyectos?

Jerome Morrisey: Nuestro trabajo con el uso de tecnologías de la información y la comunicación (TIC´s) en Irlanda comenzó en 1998, con el auspicio del Departamento de Educación y Ciencias del Gobierno, fundando una organización llamada Centro Nacional de Tecnología en Educación (NCTE) que se convirtió en un cuerpo organizativo y de implementación en estos temas, innovando con proyectos para escuelas, ofreciendo capacitación docente en el uso de tecnología y desarrollando software y programas educativos. El carácter inusual de esta organización, y tal vez su aspecto más interesante, fue el hecho de que se trataba de un proyecto que invitaba a las escuelas a presentar sus propias iniciativas, siendo así una propuesta de innovación desde las bases. No teníamos un modelo que queríamos implementar en todas las escuelas, no se trataba de imponer un proyecto desde arriba. Lo que hicimos fue un llamado abierto a las escuelas a presentar sus ideas y proyectos que luego serían financiados y acompañados por nuestra organización. Aproximadamente el 15 % de las escuelas del país presentaron proyectos a través de este llamado. Esto representaba entre 500 y 600 proyectos. Fue una respuesta altísima que nos sorprendió, al principio no sabíamos cómo abordarla, teníamos varias opciones, muchos proyectos. Entonces, decidimos organizarlos para que no se superpusieran y para que pudieran enriquecerse y complementarse mutuamente. De este modo, generamos una articulación entre escuelas con proyectos similares y complementarios quedando constituidos cien proyectos involucrando a todos los establecimientos educativos que se presentaron. Nosotros facilitamos el desarrollo y la implementación de estos proyectos con financiamiento económico, equipamiento tecnológico, capacitación docente en temas de tecnología y desarrollo de proyectos, y la designación de una persona para colaborar en la evaluación del proyecto. Sin entrar en los detalles de todo el proceso, lo interesante de esta iniciativa fue el inmenso potencial innovador y la motivación que generó al interior de cada escuela luego de tres años de trabajo en este proyecto, una motivación que persistió aún después del trabajo con nuestra organización. Hoy, cuando veo los resultados, siete años más tarde, todas estas escuelas siguen involucradas en la generación de proyectos innovadores en relación con las nuevas tecnologías. Nuestra organización hoy promueve el reconocimiento de estas iniciativas a través de un premio que se denomina “Digital Schools Award”. A través de una serie de evaluaciones que las escuelas mismas pueden implementar, se intenta dar cuenta del desarrollo de una cultura de uso de tecnología en relación con propuestas pedagógicas y sus implicancias en las escuelas. Entonces, reciben este reconocimiento por parte de nuestra organización. El punto interesante de esta cuestión, es que las escuelas que persisten en este tipo de innovaciones son, en general, aquellas que participaron en el proyecto inicial de nuestra organización, de manera que aún continua vivo el espíritu de trabajo que se inició entonces, siete años atrás. En definitiva, creo que lo más importante que demostramos es que si apoyamos modelos de innovación desde las bases, desde las escuelas, algo significativo queda luego del trabajo con ellas.
Hoy asesoramos al gobierno y a agrupaciones docentes sobre el uso de tecnología, ofrecemos formación docente para el uso de esta tecnología con propósitos pedagógicos, hemos capacitado aproximadamente 12.000 docentes por año, no directamente sino a través de centros distribuidos en todo Irlanda y continuamos apoyando proyectos innovadores en el uso de TIC´s en las escuelas.

ER: ¿Qué tipo de desafíos han encontrado en la implementación de proyectos con tecnología?

J.M: Justamente recién alguien me comentaba sobre la falta de reflexión acerca del aspecto visual en relación con las nuevas tecnologías. En general, se asocia a estas tecnologías con las computadoras y todo lo vinculado con el procesamiento de información y comunicación textual. Yo creo que debemos ampliar el espectro de lo que denominamos nuevas tecnologías. Las tecnologías digitales incluyen teléfonos celulares, cámaras fotográficas, grabadores digitales, etc. Se puede hacer mucho con la tecnología informática que no tiene que ver con trabajar con textos o con bases de datos. En este sentido, es en el que incluyo no solo lo visual, sino también muchos otros aspectos vinculados con la comunicación. Nosotros tenemos hoy muchos proyectos que incluyen este amplio espectro de tecnologías.

ER: Nos interesa el tema de los celulares. ¿Qué tipo de proyectos están desarrollando en esta área?

J.M: Nosotros tenemos un problema en Irlanda. Estamos intentando revivir nuestro idioma nacional, el irlandés. Cuando nos independizamos del Reino Unido en 1921, se implementaron muchas y diversas políticas a nivel gubernamental para revivir el uso del idioma irlandés. Estas políticas nunca funcionaron. Se gastó una fortuna y los jóvenes y niños no querían hablar en irlandés. Desde el momento en que los niños entran en la escuela, deben estudiar irlandés. El irlandés se instaló, pero nunca se pudo hacer de él una práctica de comunicación, la gente nunca lo verbalizó, quedó sólo en el nivel escrito. Ahora hay un interés nacional por revivir el idioma nativo. Queríamos que la gente aprendiera irlandés y entonces pensamos cómo íbamos a lograrlo, pues no se dispone de suficiente tiempo en las escuelas para trabajar en la parte oral del idioma, además de tantos otros desafíos. Para resumir, decidimos comprar unos cientos celulares comunes y dispusimos de un programa para estos teléfonos. La idea era que los jóvenes utilizaran estos teléfonos para hablar entre ellos en irlandés e incorporar frases y técnicas en nuestro idioma. Y se ha convertido en algo realmente interesante. Teníamos miedo de que los alumnos los descartaran, dado que ellos ya tenían sus propios teléfonos. Pero les preguntamos si serían parte de esta prueba, si estarían interesados en trabajar con los teléfonos para el aprendizaje del irlandés oral, y hasta rendir sus exámenes orales de irlandés por teléfono y funcionó. Lo que me interesa rescatar de esta experiencia es que solemos ignorar la tecnología simple, la que está en todos lados. Y se trata de tecnología que no sólo está en todos lados y atraviesa a amplios sectores de la sociedad, sino que también se está tornando cada vez más poderosa. Y para ser honestos, los celulares pronto serán tan poderosos como las laptops que promueve Negroponte y que están en el horizonte de este país.

ER: Es interesante que mencione el proyecto de Una Computadora para Niño. ¿Cuál es su opinión al respecto?

J.M: Mi preocupación tiene que ver con la velocidad de la evolución de la tecnología, porque el celular que tendrán los chicos, hará más de lo que las computadoras de Negroponte podrán en el transcurso de seis meses. Mi preocupación central pasa por el hardware. Como regla en esta área, uno nunca debería comprar la primera versión de ningún tipo de dispositivo. Por otro lado, las computadoras que está desarrollando INTEL, que a mi entender son mejores, están bajando el precio todo el tiempo.

ER: En relación con la adquisición de dispositivos para la escuela, a través de una serie de presentaciones realizadas en la Feria del Libro en el marco del programa Alianza por la Educación de Microsoft Argentina, hemos estado en contacto con los pizarrones inteligentes (SmartBoard) desarrollados por SmartTech (http://smarttech.com/). Nos resulta interesante saber cuál es su opinión acerca de estos dispositivos para el aula.

J.M: Honestamente, tengo mis reparos en relación con esta tecnología. En Irlanda, el sistema educativo está completamente centrado en el niño, nuestro nuevo currículo para las escuelas primarias está pensado desde esta filosofía pedagógica. Los niños aprenden en grupos, interactuando con otros, cada uno a su propio ritmo. Si introducimos un SmartBoard (pizarrón inteligente) en el aula se convierte en un nuevo pizarrón donde el docente tiene nuevamente el control, como el experto que posee el conocimiento, a no ser que el docente esté muy bien formado para evitar esa práctica. En mi opinión, es un gran riesgo, pues re-introduce una pedagogía de la transmisión y se supone que la tecnología es lo opuesto, esa es mi opinión. Si yo tuviera la oportunidad de elegir yo pondría un protector digital y una laptop en cada aula.

ER: ¿Podría contarnos acerca de su trabajo en colaboración con nuestro país?

J.M: Como Irlanda pertenece a Europa, somos parte de una agencia llamada EUN, que se ocupa de asuntos vinculados con tecnología y educación para 28 naciones europeas. (www.eun.org) Yo pertenezco al comité y ofrecimos nuestro apoyo a un proyecto que vinculaba a Argentina. Hay muchos puntos de conexión entre Irlanda y Argentina. Entre 1840 y 1910 casi 100.000 personas llegaron a Argentina desde Irlanda. Ahora hay casi 700.000 ciudadanos argentino-irlandeses en el país. Y tenemos una gran comunidad argentina en Irlanda, porque sus abuelos les permitieron obtener el pasaporte Irlandés. Y especialmente tres años atrás, cuando la situación económica era muy mala en Argentina, muchos argentinos emigraron a Irlanda. Por lo tanto, siempre ha habido lazos entre Argentina e Irlanda. Fuimos el único país europeo en apoyarlos durante la guerra de Malvinas. En síntesis, estamos colaborando con Argentina, a través de un equipo que involucra a mucha gente de Irlanda: directores muy experimentados en TIC´s, supervisores y docentes muy comprometidos en el desarrollo de proyectos con tecnología en los últimos tres años. Este equipo ha desarrollado una publicación llamada “ICT Planning” que pusimos a disposición de Argentina gratuitamente y que ha sido traducida al español. Se trata de contribuciones con las que se intenta capacitar a los directores de escuela. Yo considero que lo más importante es formar a los directores, darles asesoramiento, primero para el uso de las habilidades con un propósito administrativo, pero fundamentalmente para reconocer el potencial educativo de estas nuevas tecnologías. Con el conocimiento adquirido, los directores sienten que pueden y que son capaces de manejar estas tecnologías y no tienen problema para llegar a la gente, para abrir esto a todos los docentes. Ese es un buen comienzo.

ER: Coincidimos con usted en la relevancia que adquiere la formación docente y de todos los profesionales del sistema educativo. Permítanos preguntarle algo muy básico, pero importante para conocer su perspectiva en relación con la tecnología y la educación. ¿Por qué cree usted que es importante el uso de tecnología en las aulas? ¿De qué manera este uso habría de cambiar las prácticas de enseñanza?

J.M: He escuchado diferentes personas que dicen que no hay evidencia acerca del beneficio que aporta el uso de tecnología en educación. Les voy a contar una historia. Entre 1800 y 1900 en Inglaterra e Irlanda se abrieron muchas escuelas, especialmente en áreas rurales. Las ventanas de estas escuelas se construían muy en lo alto de las paredes, para dejar el mundo exterior afuera y asegurarse de que los alumnos no se distrajeran. Pero eso resulta muy poco relevante, pues uno no puede ignorar lo que la gente hace las restantes 18 horas que no están en el colegio. Por eso, dejar el mundo exterior afuera de la escuela, se vuelve irrelevante, sin sentido. Este sistema, justamente, deriva en distracción, en baja tasa de atención y en profesores que se sienten presionados por los alumnos y la respuesta siempre ha sido “más control”, “más control”. La respuesta no es “más control”, la respuesta es recuperar la necesidad de aprender, la necesidad de averiguar e investigar acerca del mundo y de nosotros, algo que el sistema educativo ha ignorado y anulado por décadas. Yo creo que la tecnología tiene la potencialidad de reintroducir todo esto de una mejor manera en las aulas. Primero de todo hay que usar, aprovechar la tecnología que los chicos usan a diario, por ejemplo los celulares o las agendas electrónicas. Ese es un buen comienzo. Por otra parte, hay mucha evidencia acerca de que el uso de las nuevas tecnologías en educación incrementa la motivación, la asistencia, especialmente en áreas de exclusión social. Hemos realizado muchos proyectos en zonas pobres de Dublín, donde se incrementó la asistencia, la motivación y hasta se involucraron los padres. Estas propuestas deberían enriquecer la calidad de las experiencias de aprendizaje de niños y jóvenes y creo que puede hacerlo. Creo que todos sabemos que estas experiencias resultan más enriquecedoras, aunque todavía no podamos o no sepamos como dar cuenta de ello. Tal vez en el área en el que nos ha resultado más viable evidenciar este cambio es en las disciplinas científicas en donde programas de simulación, animaciones tridimensionales, etc. nos permiten visualizar estas mejores experiencias de aprendizaje.

ER: La perspectiva de inclusión de tecnología y cambio educativo que usted propone se centra fundamentalmente en el trabajo desde los propios docentes, ¿Cómo promueven y sostienen ese tipo de involucramiento a nivel nacional?

J.M: Nosotros trabajamos con lo que denominamos Centros Educativos a lo largo de todo el país, en cada región. Son espacios donde los docentes se reúnen, hay cursos de perfeccionamiento docente, conferencias, seminarios, talleres. Están abiertos alrededor de 16 horas por día y están solventados por el gobierno. En cada uno de esos centros trabaja un ICT Adviser (asesor en TIC´s). Son docentes muy experimentados, quienes salen del aula por un año y asesoran a las escuelas acerca de la confección de programas, planificaciones. Sin embargo, esto no es suficiente. La única ayuda genuina para los docentes que queremos que cambien apropiadamente debe darse dentro de la escuela. Y esto lo aprendemos no de la tecnología, sino del desafío del cambio pedagógico. La única manera de promover el cambio pedagógico es a través de la introducción de un experto en el aula que trabaje hombro a hombro con el docente.

ER: En relación con la posibilidad de implementar este tipo de proyectos en contextos económicos críticos, como es el caso de Latinoamérica ¿Qué oportunidades vislumbra en relación con la articulación entre el estado, el sector privado, las ONG, etc.?

J.M: Primero debo hacer una mención al desarrollo económico de Irlanda. Nuestro desarrollo económico se ha construido sobre la base de la colaboración entre sectores, esta ha sido la perspectiva filosófica que ha conducido el desarrollo de nuestro país. En general, se implementan paquetes de desarrollo económico de tres o cuatro años de alcance. Y estos paquetes, o programas de desarrollo se realizan en colaboración con la industria, sindicatos, inversores, granjeros, con diferentes sectores sociales, etc. Todo el mundo está involucrado. Esta es la base. Lleva tiempo desarrollar estos programas, pero una vez acordados, se implementan en consenso. Por eso no tenemos huelgas. Tenemos una actitud de colaboración. Cuando comenzamos a trabajar con el proyecto ICT en educación no hemos gastado demasiado dinero, pues el gobierno en realidad no ha invertido mucho dinero en educación en general. Ha habido mucha crítica al respecto pero esto se vincula con una comparación constante que se hace entre nuestro país y el Reino Unido, quienes gastan un promedio de 600 libras por alumno por año, lo cual es bastante. Nosotros no tenemos el dinero que el Reino Unido tiene. En relación con nuestra iniciativa de tecnología y educación, realizamos un censo cada dos ó tres años antes de lanzar un proyecto. Del mismo obtenemos un 90 o 95% de respuestas sobre las necesidades reales de las escuelas. Por lo tanto, sabemos lo que hace falta, lo que se necesita. El último fue en el año 2005 y nos enteramos de que la mayoría de las computadoras son viejas, que hay integración de tecnología pero hay problemas con la falta de soporte técnico, etc. Sabemos que no vamos a ser un país rico en término de asignación de dinero en este proyecto, pero no todo depende de optimizar computadoras, también se trata de ser creativos y pensar usos pedagógicos adecuados para la tecnología que tenemos. Específicamente del sector corporativo, hemos recibido 50.000.000 de euros en los últimos siete años. Les voy a contar acerca de la inversión más reciente. Tres años atrás habíamos invertido 25.000.000 en fondos para que las escuelas desarrollaran sus propias redes. Fuimos a Telecoast, que es una compañía que hizo una fortuna con telefonía móvil y les preguntamos si habría alguna posibilidad de que invirtieran en esto, pero dijeron que no. Finalmente, debido a una decisión política el Estado, se destinó el 1% de la recaudación de la compañía en el proyecto de conectividad de las escuelas. En definitiva, se trata de una decisión política y de promover que las escuelas también construyan vínculos con los recursos locales.

ER: ¿Qué proyectos desarrolla actualmente su organización?

J.M: Actualmente, estamos desarrollando un programa de cinematografía a nivel nacional. Como mencioné antes, pensando en un espectro más amplio para definir las nuevas tecnologías, nos damos cuenta que una cámara digital cuesta sólo 200 euros y con ella se pueden desarrollar proyectos sumamente interesantes. Lo interesante es que desde el enfoque pedagógico, podemos dar cuenta que se puede usar una cámara digital para hacer un film y al mismo tiempo enfocar todos los objetivos de aprendizaje. Eso se ha convertido en un verdadero proyecto de colaboración, que integra diversas áreas de aprendizaje. Algunas veces miramos las computadoras pero ignoramos el resto. Este proyecto está creciendo. Hoy tenemos dos escuelas involucradas en este proyecto. Hemos financiado todo los materiales necesarios para la realización de la propuesta y luego proyectamos las películas en los cines locales. Es realmente un proyecto fantástico.

Entrevista: Lila Pinto y Marilina Lipsman
Traducción: Cristina María Luján D’ Ambrosio

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